Israel calcula que la próxima guerra contra Hezbollah durará dos meses, durante los cuales se estima que la organización terrorista libanesa chiíta lanzará entre 24 mil y 36 mil cohetes y misiles contra el Estado judío – cerca de 6 mil de ellos tendrán como objetivo la ciudad de Tel Aviv, señala un documento diplomático norteamericano revelado por Wikileaks al diario Haaretz.
El cable enviado por la embajada de Estados Unidos en Tel Aviv, y publicado por el rotativo, resume una serie de conversaciones entabladas por altos oficiales del Israel y Estados Unidos, en noviembre de 2009, y cita una fuente del Mossad que estima que el grupo libanés chií Hezbollah lanzará contra Israel entre 400 y 600 misiles por día, de los cuales 100 de ellos estarán dirigidos contra Tel Aviv, durante un conflicto que podría durar alrededor de dos meses.
Las conversaciones de altos funcionarios de defensa e inteligencia norteamericanos e israelíes fueron desarrolladas en el marco del diálogo estratégico del llamado Grupo Político Militar Conjunto, establecido en 1983. La delegación norteamericana supo estar encabezada, por aquel entonces, por el director general del Ministerio de Defensa, Robert Maggi, y la delegación israelí, por el entonces director general del Ministerio de Defensa, Pinjas Buchris.
El cable que se refiere al cuarto encuentro del grupo, llevada a cabo el 18 de noviembre, en la embajada en Tel Aviv, sintetiza conversaciones focalizadas en el programa nuclear de Irán, la situación en Gaza e Irak, las relaciones israelí-egipcias, el futuro del proceso de paz con los palestinos, y una posible guerra en ciernes con Hezbollah.
"El Ejército de Defensa de Israel y la Inteligencia de Defensa de Israel sostienen que el objetivo último de Hezbollah durante cualquier conflicto futuro es lanzar un número masivo de misiles y cohetes diariamente sobre el territorio israelí, incluyendo a la zona de Tel Aviv", señala el telegrama.
"Los funcionarios de Defensa sostienen que Hezbollah continúa tratando de vengar la muerte de su ex comandante militar Imad Mughnieyah, e indican que [los operativos del grupo extremista islámico] fracasaron en Azerbaiján y Egipto".
Los israelíes destacaron que "el contrabando [de armas desde Siria e Irán a Hezbollah] representa un desafío estratégico para Israel… y está limitando seriamente sus opciones de paz".
Israel mantiene que desde la Segunda Guerra del Líbano, Hezbollah "aumentó en cantidad y sofisticación su armamento mejorando el alcance y la precisión".
La Inteligencia Militar estimó que "Hezbollah posee más de 20 mil cohetes, cientos de cohetes de entre 220 mm. y 302 mm., varios cientos de misiles Fajr, cientos de misiles antitanque (AT) y lanzadoras para cohetes y misiles, y cientos de misiles antitanque guiados con cable (ATGN), docenas de misiles SA-14, SA-7 y QW-1 baterías antiaéreas, aviones sin piloto (UAV), una cantidad de desconocida de misiles antibuque C-802 y miles de artefactos explosivos improvisados (IED)".
Una discusión irrumpió entre los oficiales norteamericanos e israelíes en relación al armamento que Estados Unidos suministraba a las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL). Israel reclamaba que esas armas podrían caer en manos de Hezbollah. En tanto que los norteamericanos alegaban que intentaban prevenir que las FAL se acercaran a Hezbollah, alegando que "el apoyo de Estados Unidos a las FAL es un contrapeso son contra Hezbollah".
Esta postura fue rechazada por el director de la oficina política y de cuestiones político-militares del Ministerio de Defensa, Amós Gilad, quien mantuvo que "el Ejército Libanés acudirá en defensa de Hezbollah si es atacado por Israel. Por lo tanto, su fortalecimiento perjudica a Israel".